Lic. Daiana Aprile

Las sesiones de análisis son un espacio seguro. Allí se entrelazan la intimidad de lo que trae el paciente a los encuentros, junto a las interpretaciones que realiza el analista; los intercambios entre ambos sujetos son privados y confidenciales.

Dicho lo anterior te invito a que podamos crear un espacio consensuado, de respeto, donde se pueda interpelar; reflexionar, abrir la mente, la mirada, y poner en crisis ciertas creencias. Poder  revisar nuestros propios puntos de vista que puedan llegar a ser limitantes en nuestra vida,  y todo lo que sea necesario para expandir la consciencia, volvernos “más libres” y “soltar” un poco la carga de aquello que nos aqueja.

Te invito a que puedas comunicar libremente y sin juicios lo que surja en el tratamiento, dicho en palabras de Freud:

“Diga, pues, todo lo que acude a su pensamiento. Condúzcase como un viajero  que va junto a la ventanilla del vagón y describe a sus compañeros cómo el paisaje va cambiando ante sus ojos. Por último, no olvide usted nunca que ha prometido ser absolutamente sincero y no calle nunca algo porque le resulte desagradable comunicarlo”. La iniciación del tratamiento. S. Freud, 1913.